martes, 26 de abril de 2011

Contexto histórico

El triunfo de la revolución en Rusia, en 1917, se sitúa como uno de los hechos más importantes de la Historia Contemporánea; como un hecho de trascendencia mundial.

Comprender las posibilidades del triunfo revolucionario en el país más grande y más poblado de Europa, resultaba impensable en las condiciones económicas, sociales y políticas de atraso en que se encontraba, incrementadas también por el hecho de que se había convertido en el país del “paraíso del capitalismo” dado que el poder zarista garantizaba a empresarios  extranjeros.

Este reducto de autocracia europea va a experimentar en los comienzos de siglo XX, según la expresión de Lenin, un papel de “acelerador de la historia”, un proceso, desde febrero a octubre de 1917, capaz de conducir a la victoria de la revolución como resultado de la asociación de una insurrección campesina y una revolución proletaria.

El “mundo aparte” surgido de la Revolución de Octubre no se consolida hasta que, superada la etapa de consumismo de guerra (1917-21) y con la decisión de renunciar a una revolución socialista mundiales pro de una auténtica vía del socialismo en un solo país (NEP), el poder soviético asume la sucesión del Imperio zarista, constituyéndose el 30 de diciembre de 1922 en Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La revolución mundial socialista quedará confiada a un futuro en el que la acción del partido comunista adquirirá un protagonismo triunfal y una puesta en práctica de las directrices de la III Internacional.


Los antecedentes revolucionarios.

Sociedad y fuerzas políticas.


Rusia partía de una situación económica y política muy atrasada  y por eso se entiende un cambio revolucionario en un país como éste.
La sociedad rusa estaba compuesta en un 80 por ciento de agricultores, la técnica que se utilizaba era muy tradicional y rudimentaria y la ganadería era escasa. Así pues, había una gran dependencia del mercado mundial. Aunque en 1881 Alejandro II hizo que la mano de obra se viera libre de la servidumbre y poder extenderse hacia empresas industriales, éstas eran escasas, ya que dependían fuertemente del capital extranjero.
 Así pues, se puede afirmar que en lo años que anteceden la revolución, el capitalismo convierte a Rusia en una especie de “colonia económica” occidental.

No es de extrañar esta dependencia y retraso. El progresivo acceso a la propiedad de las tierras no va a garantizar una mejor distribución. En los años precedentes a la guerra, el 65 por ciento de las familias campesinas no tiene tierras suficientes para poder vivir y alimentarse. Existía un alto analfabetismo, en torno al 80 por ciento de la población total que se justifica por la carencia de instituciones y por la creencia supersticiosa de Dios y del zar.
En contraste a todo esto, el sector industrial, que es muy pequeño, presenta un proletariado moderno, que está vinculado a este mundo rural y se solidariza con sus reivindicaciones y manifestaciones.
Rusia carecía de burguesía abundante y de clases medias conservadoras, sino que presentaba unas oligarquías formadas por dueños de tierras y poseedores de altos cargos, así pues, sin capitalismo ni tecnificación, se entiende que hubiese una lenta evolución rusa, donde existía un gran despotismo sobre el patrimonio público del país.
El sector liberal ruso, que era de origen intelectual, fracasó. Así pues, la semilla del proceso revolucionario, frente al populismo y el anarquismo, se forjó en un nuevo partido, el socialdemócrata, marxista, con miembros de la intelligentsia y un sector de la pequeña burguesía, relacionada con la nueva clase obrera. Este partido, nace en Minsk el 1898, formado por Plejanov.

Todo esto desembocará en una crisis económica de 1901 a 1903. Esta crisis, la derrota rusa frente a Japón en 1904 y el aumento de la corrupción en la corte, que havia caído bajo la influencia de personajes siniestros como el monje Rasputín, hará que crezcan las tensiones sociales.

Los inicios del partido obrero socialdemócrata ruso.

Lo que más tarde se convertiría en partido comunista ruso, remonta sus orígenes en un congreso casi insignificante que reúne en Minsk, en marzo de 1898, a nueve hombres para fundar el partido obrero socialdemócrata ruso, “el primer partido marxista ruso en suelo ruso”, designar un comité central y decidir la publicación de de un órgano del partido. Antes de poner en marcha los objetivos, la policía había detenido a los representantes fundamentales. Como resultado de esta reunión, encontramos un documento que resulta ser un análisis marxista muy ortodoxo, heredado del Manifiesto de 1848: la necesidad del paso por una revolución democrática-burguesa que permita madurar hacia la socialista-proletaria. Pero la inexistencia de una burguesía activa hace que se pase este papel directamente al proletariado.

A partir de esta base tiene comienzo la acción política del joven abogado Vladimir Ilich Ulianov –Lenin-, el más entusiasta discípulo de Plejanov, muy interesado en la propaganda de la lucha revolucionaria en los círculos de los proletarios. Gracias al semanario popular Iskra, iniciado en diciembre del 1900, se ofrece a las organizaciones clandestinas de Rusia un programa y un plan de acción.

El punto de vista teórico y el nuevo programa para el lanzamiento del partido queda resumido en la obra de Lenin, publicada en 1902, ¿Qué hacer?
Con esta base y con el II Congreso, “la dictadura del proletariado” se va a convertir en un objetivo inmediato. Esta decisión hará que se divida el partido en dos: los mencheviques (los blandos de Martov) y los bolcheviques (los duros de Lenin). Éste último, un partido de acción, “capaz de vencer al zarismo y a la burguesía” como dijo Lenin, compuesto por militantes muy jóvenes, estudiantes y obreros, líderes y educadores muy importantes en el desarrollo de la revolución. Y a su frente, Lenin, fundador y jefe del partido hasta su muerte.

La revolución de 1905

El 16 de enero de 1905 los obreros de las fábricas Putilov inician un paro como protesta por el despido de cuatro camaradas, y rápidamente la huelga se extiende a todas las empresas de la región de San Petersburgo. En el mismo momento, el Pope Gapón, encargado de organizar las “Uniones Obreras”, sugiere que la multitud se dirija al zar “padre del pueblo”  y exija las reivindicaciones sociales y políticas o mejore la inaguantable situación social. Así, el 22 de enero de 1905, unas ciento cincuenta personas, se dirigen al palacio de invierno y el choque con los cosacos, la policía del zar, provoca más de mil muertos y varios miles de heridos. Este día, bautizado como “Domingo rojo” muestra la ruptura del pueblo para con el zar y justifica el desarrollo de otras tendencias políticas ajenas a la autocracia.
A partir de aquí se extiende el proceso revolucionario, y más tarde, el 27 de junio, llega el amotinamiento de los  marinos que estaban mal alimentados -acorazado Potemkin-. La participación del ejército concede a la revolución un punto necesario para provocar el cambio del régimen político.

Para evitar la guerra civil, Nicolás II acepta determinadas concesiones recogidas en el Manifiesto del 30 de octubre: garantía de libertades civiles, ampliación de la ley electoral y la creación de una Duma con poderes legislativos.
Mientras tanto los campesinos comienzan a formar soviets rurales, los marinos se sublevan en Kronstadt y más tarde en el mar Negro y forman soviets de soldados; y los soviets de obreros pasan a convertirse en verdaderas comunas autónomas a modo de pequeñas repúblicas. Pero la contrarrevolución se incrementa, con gran parte de la armada fiel al zar, los conservadores llevan a cabo represiones.
Así pues la revolución residía en los soviets, que ganaban importancia. Pero el gobierno volvía a tomar las riendas del país y a Lenin y los bolcheviques sólo les queda aprender la lección y “acumular la energía revolucionaria”.

De febrero a octubre de 1917: el proceso revolucionario.

La Primera Guerra Mundial, “la Gran Guerra” se convierte en la última prueba para el régimen zarista, carente de armamento e infraestructura militar moderna, incapaz de defenderse, a pesar del entusiasmo inicial de la gente, del imperio austro-alemán. Los medios políticos consiguen que la Duma apruebe los presupuestos de la guerra y se suben los impuestos.

Así, el incremento de los precios y la escasez de víveres, la falta de entendimiento de Nicolás II con la Duma y la acusación de germanofilia de la familia del zar y parte del gobierno, hacen que madure la inestabilidad social y se genera una nueva ocasión para la explosión revolucionaria.

La revolución de febrero

En febrero estalla definitivamente la crisis y se suceden en quince días expresiones revolucionarias que muestran tensiones sociales, conflictos políticos y sublevaciones militares.
El zar abdica, su hermano Miguel rehúsa la corona y los diputados de la oposición constituyen un “Gobierno Provisional”. La situación es un poco confusa ya que el poder se divide entre el gobierno provisional, formado por burgueses (mencheviques), y por los soviets (mayoritariamente bolcheviques), burgueses y proletarios frente a frente.
No obstante, los bolcheviques aceptaron la propuesta de Stalin de que el papel de los soviets era “apoyar al Gobierno Provisional en su actividad sólo en tanto siga por el camino de dar satisfacción a la clase obrera y al campesinado revolucionario”.

Pero el retorno de Lenin, exiliado, provocó el cambio de sentido en la política bolchevique, y la publicación de las célebres Tesis de abril, que replantearon la dirección del proceso revolucionario. Pues Lenin planteó la necesidad de convertir la guerra imperialista en guerra civil. La misión de los bolcheviques es clara, estimular la conciencia de masas e incitar a la realización de de las libertades democráticas y del principio de posesión de todas las tierras por todo el pueblo. Así, Kerensky con la ayuda de los soviets pudo detener el golpe de estado que los militares zaristas, dirigidos por el general Kornilov, hicieron en agosto de ese mismo año, para recuperar el poder.
Los bolcheviques deciden llamarse partido comunista proletario, enfrentándose así al Gobierno Provisional de Kerensky.
El problema fue que las reformas esperadas no llegaban y el gobierno no quiso dejar el conflicto bélico. Así, el gobierno de Kerensky se enfrontó al soviet de Petrogrado y empezó una persecución sistemática de bolcheviques.

A partir de eso, Lenin convenció al partido bolchevique de la necesidad de pasar a la insurrección armada, así con Trotsky a la cabeza, el partido pasó a llamarse partido comunista proletario y se convierte en la oposición total del gobierno. Constituyéndose así el lema de la futura revolución de octubre: “Todo el poder para los soviets”

La revolución de octubre

La decisión final de insurrección fue impulsada a  partir del día 10 de octubre por Trotsky y Lenin. Los preparativos se llevan a cabo bajo la dirección del Comité militar revolucionario. El día 22 de octubre la tripulación bolchevique del crucero Aurora recibe la orden de permanecer anclada, desobedeciendo así las órdenes del Gobierno provisional. En la noche del 23 al 24, el Comité abre de nuevo la imprenta, prohibida por el Gobierno, a lo largo del 24, desde los cuarteles se distribuyen armas a los destacamentos obreros y parten destacamentos para ocupar sitios estratégicos de la ciudad. El 25 las fuerzas bolcheviques entran en acción y tras varios cañonazos del Aurora, toman el Palacio de Invierno, donde el Gobierno se hallaba reunido. La insurrección triunfa y Kerensky y su gobierno huyen.

La insurrección fue una operación rápida e hizo realidad de momento el lema de “todo el poder para los soviets”. Pero en la práctica, será el sector bolchevique el que controle la situación.
La preocupación inmediata fue la publicación de una serie de decretos que buscaban fundamentalmente “una paz inmediata sin anexiones”.

El II Congreso destituyó el Gobierno provisional y aprobó la formación del Consejo de Comisarios del Pueblo, dirigido por Lenin. Se llevó a cabo rápidamente la implantación del socialismo, y decretó las primeras medidas revolucionarias: la tierra tenía que pertenecer a los campesinos, los obreros tenían que tomar el control de las empresas, se nacionalizó la banca y se suprimió el ejército zarista.
Este nuevo decreto mostraba la determinación del gobierno de establecer la paz con Alemania. Después de varias conversaciones, que empiezan en diciembre de 1917 y terminan el 3 de marzo de 1918, se firma el tratado de Brest-Litovsk, en el que se aceptan todas las exigencias de la parte alemana. Rusia renunció a los Países Bálticos, a Finlandia, a los territorios polacos y a Besarabia, Ucrania se declaró independiente.

El desarrollo de la URSS. Del comunismo de guerra a la NEP

La Guerra Civil y el comunismo de guerra

La revolución había triunfado, no obstante, existía una gran parte del país y de la población que era ajena a todo lo sucedido y donde el dominio bolchevique era incierto. Los defensores del antiguo régimen comenzaron a organizar la defensa armada para impedir la consolidación total de un estado soviético. Formados por una parte del ejército zarista, por componentes de la antigua clase privilegiada y de los campesinos con propiedades, estos partidarios a restaurar el antiguo régimen recibieron el nombre de rusos blancos opuestos pues, a la Rusia roja o revolucionaria.

Los blancos controlaban la zona este del país, incluyendo Siberia, y los territorios del norte, mientras que los revolucionarios controlaban el centro de Rusia. Los blancos tenían como aliados una legión checa y algunas tropas  inglesas y francesas. De esta manera, Trotsky fue el artífice de crear un nuevo ejército ya que debían defenderse de la nueva amenaza. El nuevo ejército pasó a llamarse “Ejército Rojo”, que se basaba en la disciplina y en la jerarquía militar clásica, pero comisarios políticos se encargaban de vigilar a los combatientes y a fomentar el ánimo revolucionario.

Comenzó así, una guerra civil que causó muchas bajas y que hizo caer en la miseria y pasar hambre a millones de familias. En medio de todo esto, el zar Nicolás II y su familia fueron ejecutados por los bolcheviques en julio de 1918 en Ekaterimburgo, donde eran prisioneros, así Lenin se aseguraba que el ejército blanco se quedara sin un líder por el que luchar. Durante los primeros meses de la guerra los blancos obtuvieron algunas victorias, pero a partir de finales de 1918 los éxitos del Ejército Rojo fueron creciendo y en 1921, después de la victoria en Ucrania, fue el claro vencedor de la guerra.

Durante la etapa de la guerra civil, ésta hizo que toda la economía del país se orientara hacia un objetivo único: aprovisionar al ejército para ganar la guerra. Esta fase de la revolución se conoce como la del “comunismo de guerra” y comportó que la industria pasara a ser propiedad del estado para cubrir las necesidades del ejército. Toda la economía pasó a ser dirigida por el estado, que controlaba la producción y la distribución de los productos agrarios. Contradiciendo así sus ideales durante una etapa y justificada por la necesidad de ganar la guerra civil.

La consolidación del poder bolchevique i la formación de la URSS

La guerra civil y el boicot que se le ejerció a la Rusia revolucionaria influyeron definitivamente en la creación de un nuevo estado soviético. En noviembre del 1917 surgió de las elecciones la Asamblea Constituyente, organismo previsto para transformar de una manera radical el zarismo en una república democrática. Pero una vez que los bolcheviques estuvieron en el poder, la disolvieron, ya que no consiguieron mayoría y no les interesaba para nada someter las decisiones a la aprobación de los soviets.

A partir de 1921, el partido bolchevique pasó a llamarse “Partido Comunista de la Unión Soviética” (PCUS), se constituyó como centro de poder y la dirección se encargó a un comité llamado “Politburó”.
El partido estaba dirigido por un secretario general, que también hacía las veces de jefe de Estado. Poco a poco Partido y Estado fueron identificándose, de manera que sólo los que pertenecían al partido podían llegar a tener un cargo en el Estado o en los soviets. Todas las críticas que surgieron de este despotismo fueron acalladas o eliminadas.

El poder supremo pertenecía  al Congreso de los Soviets de toda la Rusia, y este Congreso elegía un Comité Ejecutivo Central que, a la vez, nombraba el Consejo de Comisarios del Pueblo para el ejercicio de la “administración general de la RSFSR (República Socialista Federativa Soviética Rusa), predecesora de la URSS., amén de la promulgación de “decretos, órdenes e instrucciones”.

La guerra civil, como ya se ha dicho, facilitó a partir de la alianza militar entre las diversas repúblicas, una unión económica, política, diplomática y militar que se completarían finalmente en forma de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), cuyo “ropaje constitucional” se hizo posible en diciembre de 1922. Se redactó una constitución aprobada por el Comité Ejecutivo Central de toda la Rusia el día 6 de julio de 1923 y entro inmediatamente en rigor, definiendo las competencias de la nueva URSS.

La nueva política económica: la NEP

La Nueva Política Económica trató de revertir la crisis en la que se encontraba sumida Rusia a causa de la guerra civil y la agresión extranjera.
La revolución había logrado sobrevivir, pero a costa de un enorme coste: la producción agrícola había descendido respecto a 1914 en un 60%, la producción industrial había quedado reducida a un 15%, la emigración al campo y el despoblamiento de las ciudades era galopante y el nivel de vida de la población estaba bajo mínimos.
El invierno de 1920 y 1921 se caracterizó por su extremada dureza y junto al hambre causó más de dos millones de muertos.
La guarnición de la fortaleza de Kronstadt  (Báltico), una de las más leales al gobierno revolucionario, se amotinó en marzo de 1921, descontenta con la situación económica y política imperante. La rebelión, aunque abortada, supuso un serio aviso para los bolcheviques, cuyos líderes vieron necesario un cambio de tendencia.
En palabras de Lenin, la NEP constituía un sistema transitorio y mixto, un“obligado paso atrás” en el que la economía permanecería bajo la dirección y planificación del Estado, aunque secundada por la iniciativa privada. Era el restablecimiento de un capitalismo limitado y controlado cuyo objetivo era reconstruir la maltrecha producción.
Cesaron las incautaciones de granos a los agricultores y les fue concedida la libertad de cultivar y vender a su conveniencia, una vez hubiesen satisfecho una cuota obligatoria (10% de la cosecha) al Estado. También se flexibilizaron las relaciones laborales mediante la diversificación de lossalarios y diversos incentivos a la producción.

Se autorizó el libre comercio interior, se contrataron técnicos extranjeros y se permitió la propiedad privada de pequeñas y medianas empresas. El Estado mantuvo bajo su control los transportes, el comercio exterior, la banca y las grandes empresas. También se accedió a la inversión decapitales extranjeros, si bien estos no afluyeron de la forma esperada, por la inseguridad que el régimen despertaba a nivel internacional y por la negativa de los nuevos dirigentes a hacerse cargo de la deuda externa del estado zarista.

La NEP consiguió una revitalización económica enorme, fundamentalmente en el campo agrícola, donde el significativo incremento de la producciónpermitió eliminar el hambre. Asimismo incrementó el nivel de vida de la población y permitió implementar un ambicioso plan de mejora de lasinfraestructuras y la industria. En 1927 se habían logrado recuperar lascotas de 1914.
Contrariamente a estos beneficiosos efectos económicos, la NEP acarreótensiones de carácter político y social: resurgimiento de la burguesía, enriquecimiento de los propietarios industriales y comerciales, así como de los viejos campesinos acaudalados de la época zarista (los kulaks).

La NEP sobrevivió a Lenin (que falleció en 1924) y continuó su andadura durante el mandato de Stalin, hasta que éste decidió ponerle fin en 1928-1929, sustituyéndola por la estatalización de la economía, inaugurando con ello una nueva etapa en la construcción del Estado soviético, caracterizada en lo económico por la vuelta al dirigismo estatal que había sido puesto en práctica en los primeros tiempos de la revolución.

De Lenin a Stalin
Fallecido Lenin en enero de 1924 se planteó el tema sucesorio. Stalin no consiguió inmediatamente el control del Partido y el Estado soviético. El Estado quedó en manos de una dirección colegiada (Troika) que ya había asumido el poder durante la enfermedad del líder.
Ésta estaba integrada por ZinovievKamenev y el mismo Stalin, quedando marginado de la misma Trotsky. Hasta entonces el máximo líder soviético (Lenin) había actuado sin obstáculos en la dirección ideológica y política de partido. Ahora el panorama no era unitario y en el seno del PCUS bullían profundas desavenencias.
Fundamentalmente dos fueron las tendencias que se enfrentaron:
La estalinista, partidaria de la consolidación del comunismo en un solo país e inclinada a un monolitismo intolerante respecto a cualquier movimiento que se alejara de las directrices del Partido.
La de Trotsky, el preferido de Lenin, inclinado por la “revolución permanente” y la exportación del socialismo fuera de la Unión Soviética. Más tolerante que Stalin, concebía el Partido como una organizaciónabierta en la que tuviesen cabida diversas corrientes de opinión.
Ambas posturas simbolizaban la lucha por el poder en el seno del partido.
La vencedora fue la encabezada por Stalin, quien en 1925 logró laexpulsión del PCUS de su adversario, despejando el camino hacia la progresiva eliminación política y física de la vieja guardia bolchevique, que fue exterminada entre 1936 y 1938: Zinoviev y Kamenev fueron ejecutados en 1936, Bujarin lo fue en 1938 y Trotsky fue asesinado en su exilio de México en 1940.


Asalto al Palacio de Invierno, febrero de 1917.
Vladímir Ilich Lenin

Sesión del Comité Ejecutivo Central (Ispolkom) del Soviet de Petrogrado
Preside Nikolai Chjeídze

Stalin junto a Lenin




Bibliografía:





Debats, num. 34 “ Moscú 1900/1930” , Valencia, 1990.

J.A. LACOMBA, J.U. MARTÍNEZ CARRERAS, L. NAVARRO y J. SÁNCHEZ JIMÉNEZ,Historia Contemporánea. El siglo XX (1914-1980), Madrid, 1982.









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