viernes, 29 de abril de 2011

AGITPROP

Desde el principio, el arte de propaganda o agitprop estuvo muy relacionado con la revolución. No podríamos considerarlo como un género más, sino que fue un elemento principal para su desarrollo y sirvió como “construcción de vida”, pues sirvió para elaborar una nueva forma de vivir, de educación, instrucción de masas populares y para criticar de cierta forma la antigua manera de ver y sentir las cosas. Por eso el arte de propaganda es un fenómeno complejo de explicar que pertenece más a la ética que a la estética.

Hay que entender que en Rusia siempre había existido la idea de que el artista es un “maestro de vida”, así pues, es normal que con la revolución soviética la capacidad educativa del arte aumentase considerablemente y el arte sirviese de propaganda política y de una nueva vida. Durante la revolución rusa se democratizó la cultura, era un arte dirigido a toda la población, a las masas populares.

El arte como la imagen popular, el cartel de publicidad, el teatro… se convirtió como patrimonio de las masas. Pero el arte de propaganda se opone totalmente a la idea de consumo, no busca halagar ni tampoco “asombrarlas”. Su único fin es movilizar al espectador, los grupos sociales y la sociedad entera. El hecho de democratizar el arte, hizo que se creara una gran efervescencia artística con artistas, obras y grupos variados.

Es importante constatar que gracias al arte y al nuevo contacto con el arte se produjo la toma de conciencia de la revolución ya estallada y todavía en marcha: el arte se convirtió en un lugar donde conocerse a sí mismo y donde expresarse. Lógicamente, la historia hizo que las nuevas tendencias se expresasen en el arte que durante el zarismo había sido más emblemático: el arte monumental.

Así pues, el monumentalismo debía dominar el arte de la revolución. Pero Lenin sabía que en todas las revoluciones se volvía hacia el arte monumental, y así, decretó en abril de 1918 la “propaganda por el arte monumental”. Este proyecto se convirtió en una especie de modelo a artístico a desarrollar en todas las áreas. De esta manera, el monumentalismo no sólo estuvo presente en la arquitectura (como en la mayoría de casos) y este impulso hacia la novedad es lo que hace a la vanguardia rusa, como mejor testimonio de arte revolucionario.

 Uno de los campos importantes de las propagandas fue la disposición de festividades revolucionarias, estas fiestas encarnaban el modelo de sueño para la creación de una nueva “ciudad del futuro”. La decoración arquitectónica, que fue muy importante, se realizó con grandes murales sobre las fachadas de los edificios, al mismo tiempo, en la ciudad, se equipaba a las manifestaciones y desfiles con millones de participantes, unidades militares y mucha muchedumbre. Se dotaba también con carrozas, locomotoras, barcos de guerra, automóviles decorados…
El 1º de Mayo, día de la “liberación del trabajo”, se constituyó también como una festividad importante dentro de esta nueva sociedad. Todos los participantes (además de todos los elementos antes mencionados), llevaban pancartas, carteles, banderas… Esta festividad era dirigida a un aumento de las masas, se representaban figuras religiosas o ricas de manera satírica.

A finales de 1920-1922 el estilo del diseño de las fiestas cambió. Se crearon composiciones propagandísticas grandiosas, de carácter más grotesco y donde se podía encontrar tanto a personajes relacionados con la construcción socialista como a sus enemigos.
Como ejemplo a esta nueva disposición, encontramos el décimo aniversario de de la revolución de Octubre, que se caracterizó por la presencia de una arquitectura de propaganda y la gran presencia del teatro. Éste fue un teatro propagandístico, que se representaba en diferentes barrios de la ciudad.

Una de las formas más conocidas del agitprop es el cartel soviético, que se desarrolló a finales del siglo XIX i principios del XX, sobre todo en el marco del modernismo. Uno de los principales géneros, el cartel publicitario, tiene como objetivo ofrecer una propaganda que sea accesible a las masas y conseguir una gran difusión del objeto que se anuncia.

Los carteles se imponían gracias a la utilización de la superficie plana de la hoja mediante una combinación de líneas que permitían que resaltaran en la superficie plana de la pared, tanto en los interiores como en la calle. Los carteles aplican aquello asumido gracias al Modernismo: el color liso rodeado de una línea, las combinaciones de tonos característicos y de esta época, la fragmentación de las manchas de colores en las composiciones del “estilo ruso”  y los métodos de coloreado semejantes al Lubok.

La evolución de los carteles rusos antes de la revolución está ligada  a la actividad de los pintores del Mundo del Arte y, y sobretodo a sus orientaciones y su experiencia en el sector del libro y de confección de éste, es decir, el diseño gráfico que ambos poseen. 
Esta influencia es debido a en gran medida a que los artistas del libro trabajaran también en el sector del cartel. Estos libros recibe una carga ideológica muy importante, antes que los carteles, son usados como instrumento de agitación y de propaganda.

Se utiliza con imaginación el proceso de la composición de las páginas, sobretodo la página del título, la de la portada y los diferentes motivos gráficos. Trabajan mucho la portada y la confección del libro, especialmente la tipografía y los dibujos.

Así pues, se puede observar el parecido estilístico entre el cartel y el libro, pero sería erróneo afirmar que los libros fueron  los antecesores de los carteles anteriores a la revolución, el cartel toma elementos prestados de los rótulos, del Lubok y de las artes gráficas (en especial, las revistas) y utilizó muchas formas de los carteles occidentales, que se conocieron gracias a la Exposición Internacional de Carteles en San Petersburgo el 1897.
Es importante constatar que antes de la Primera Guerra Mundial, los carteles eran en su mayoría publicitarios, pero a principios del siglo XX, muchos problemas sociales aparecían reflejados en los carteles.

Los carteles políticos, no surgieron hasta los años 1914-1917. El cartel durante  la Primera Guerra Mundial, no se diferenciaba para nada en el occidental, es durante el período de la revolución cuando el cartel conocerá una época totalmente nueva.

En un estado donde la mayoría de la población es analfabeta y el Estado pertenece a esta población, el cartel se convierte en el símbolo de los intereses del pueblo. Portavoz del poder soviético, el cartel tiene la tarea de inculcar la educación comunista en los trabajadores, y de iniciarlos en la nueva cultura. SE convierte así el cartel en un total arte político.

De hecho, prácticamente no hay situaciones sociales que no sean recogidas o ilustradas por carteles. Así, se lanzaron a la elaboración del cartel, todo tipo de artistas profesionales de caballete, de de la pintura, de las artes gráficas y otros autodidactas  que se deseaban cumplir con su deber revolucionario.

Existió un tipo de cartel revolucionario conocido por el nombre de Ventanas ROSTA. Este tipo de arte de propaganda, creado por la iniciativa de V. Mayakovski, se extendió por todo el país. Las ventanas ROSTA eran realizadas a mano, tenían una técnica de tirada por lo que utilizaban un lenguaje estilizado y con máximo de expresividad.  Los pintores de las ventanas ROSTA hicieron un gran trabajo, Mayakovski lo define como: “ES un informe de los tres años más duros  de la lucha revolucionaria traducidos en manchas de colores y en palabras de orden sonora”.

El cartel atrae a muchos artistas, entre ellos: A. Deneika, que mostró el entusiasmo de los constructores de una nueva vida, G. Klutsis, conocido por el hecho de crear un tipo de panel-cartel basado en el fotomontaje , muy interesante y muy copiado en la época pues alterna la precisión fotográfica con las artes gráficas.

Durante los años posrevolucionarios, se creó mucho cartel publicitario, con autores como A. Rodchenko y V. Mayakovski, cuyas influencias creativas, influyeron en este cartel. “Un mínimo gasto para una máxima racionalidad”, afirma A. Rodchenko refiriéndose al libro.  Esto, condicionará también al cartel, por su precisión de líneas, el impacto de los colores. Toda la composición fue tratada muy cuidadosamente también en los carteles de cine, mayoritariamente hecho a partir de la técnica del fotomontaje. Durante los años veinte, podemos ver a artistas como A. Rodchenko o A. Lavinski que utilizaron el fotomontaje para películas destacables como El Acorazado Potemkin de Eisenstein o la sexta parte del mundo de Dziga Vertov.
Los carteles de los hermanos Stenberg llevan la marca del atractivo que dejaron en ellos los constructivistas, su imaginación se vio atraída por la cultura plástica del cine.

Así pues, durante el período de 1917 a 1930, se establecieron las bases que permitieron evolucionar el arte del cartel. El talento y el gran número de pintores consiguieron cumplir su objetivo: agitación y propaganda y a la vez, educar a las masas trabajadoras.



Advertisment Poster: "I am a Union member. The Union will take care
to keep the unemployment away from me". 1928. Text by V.Mayakovsky. ALEXANDER RODCHENKO



Cover for Journal "Dayosh" (Come on, give) #14. Soviet Automobile. 1926. ALEXANDER RODCKENKO



Cover Design For "Novyi Byt I Istkusstvo" (New Life And Art) By Marietta Shaginan. 1923. ALEXANDER RODCHENKO


Photomontage "Krasnoarmeitzy" (Red Army Soldiers) for Journal "Za Rubezhom" (Across the Border). 1930. Photography Boris Ignatovitch. VARVARA STEPANOVA




Advetrisment Poster: Books In All Spheres Of Knowledge. 1925. 

ALEXANDER RODCHENKO



Cover for "Za Rubezhom" (Across the Border), #2. "Look! In The Name Of Their Dictatorship, Deterding And Rockfeller Are "Savng" The Culture". 1930. ALEXANDER RODCHENKO

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