LA PINTURA EN LA ETAPA DEL REALISMO SOCIALISTA
El golpe de estado bolchevique que llevó al poder a Lenin tras la Revolución de Octubre de 1917 produjo una verdadera desbandada entre la intelectualidad rusa, enemiga de la autocracia pero liberal. La victoria de la Revolución rusa proporciona una excusa para el “progreso” en el arte, y la revolución artística tendrá su forma más aguda en las artes plásticas. Hubo un fuerte rompimiento con la tradición con las normas habituales por artistas como Yakulov, Tatlin, Malevich y Kandinski. Estas nuevas formas supusieron el desarrollo de programas estéticos para una élite, por lo que la vanguardia artística quedó alejada del propósito inicial de acercar el arte al pueblo, porque el pueblo no lo entendía ni le llegaba el mensaje. Muchos artistas aceptaron las recomendaciones del partido y buscaron el contacto con la realidad revolucionaria. Los artistas del llamado “frente de izquierda” pretendían crear un arte unido a la vida, dirigido a la masa y con ansias sociales, y esto le distinguirá de la vanguardia occidental.
Cuando terminó la guerra civil rusa (1918-20), Rusia emprendió el restablecimiento de la economía nacional y después su reconstrucción por cauces socialistas y comenzaron con el trabajo cultural determinando los caminos que se debían seguir.
Durante los años de 1921 a 1932, el arte tuvo como objetivo transformar las masas populares en objeto y sujeto del arte. La vida y los destinos de esas masas se convirtieron en el tema fundamental de la pintura. Se procuraba que el arte girase en torno a ellas y fuera también para ellas, de ahí el tono ilustrativo de esos años. Hay un viraje hacia el realismo promovido por la búsqueda de la comprensión de los procesos sociales y psicológicos de las personas bajo la nueva concepción del mundo tras la revolución. La fotografía fue el medio artístico por excelencia, demostró convincentemente que se trataba de un arte radical y técnicamente avanzado, muy adecuado para documentar la magnitud y la vitalidad del desarrollo económico y sociopolítico. Los logros contemporáneos del cine constituían un ejemplo de cómo convertir la imagen fotográfica en un lenguaje moderno visualmente efectivo. Producción artística basada en el “hecho verdaderamente experimentado de una participación auténtica”. Por ello los fotógrafos soviéticos viajaron a diversos lugares de producción en el proceso de reestructuración industrial. Principales representantes: Klutsis y Valentina Kuláguina.
El primer movimiento fue una mirada hacia el primer realismo del siglo XIX, pero tomaron un camino diferente. Hay que tener en cuenta que en estos años el 85% de la población era campesina y analfabeta, y había que mostrar el mensaje de forma comprensible para todos ellos.
En 1921 se fundó en Moscú la Asociación de Artistas de la Rusia Revolucionaria, basándose en las tradiciones del realismo del siglo XIX. Pintaban principalmente cuadros de género o históricos sobre el presente y el pasado revolucionario del país. Pretendían ante todo atraer a las masas con su arte y despertar en el pueblo el interés por la pintura. Querían ser “accesibles”, con simplismo en el lenguaje de las formas y meticulosidad en la expresión de los acontecimientos.
Realizaron numerosas exposiciones por todo el país. En su pintura pretenden llevar a cabo una descripción realista de la Rusia revolucionaria, mostrando la vida cotidiana del proletariado, el campesinado y el Ejército Rojo. Ponen su arte al servicio de un realismo heroico que prefigura el realismo socialista. Mediada la década de los veinte, la AkhRR –siglas en ruso de esta Asociación- se convierte en el núcleo artístico más influyente de toda Rusia gracias al apoyo directo del gobierno, contando con afiliados en todo el país, con una editorial propia llegándose a crear en 1928 una filial en Berlín.
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